Vivimos tiempos rápidos. Consumimos series en noches maratonianas, ingerimos comida rápida y encontrar pareja es algo así como usar un Kleenex. El sexo no se escapa de esta tendencia. Un polvo rápido está muy bien, pero hay que parar de vez en cuando. Disfrutar del aquí y ahora, hacer el amor despacio. Es hora de redescubrir el slow sex.
Qué es el slow sex
El slow sex no es otra cosa que tomarte las cosas con calma en una relación sexual. Es saber la importancia que tienen los preliminares, es detenerse en los sentidos, acariciar, volver a una parte concreta del cuerpo de tu amante y recrearte allí. Oler, saborear… y lo más importante: el orgasmo no está en el centro del asunto.
Hay días en los que disfrutas del sexo apresurado. El “aquí te pillo, aquí te mato” funciona muy bien casi siempre, pero no debería ser el único tipo de sexo en tu relación, o relaciones.
Cuando haces las cosas despacio, tu cerebro tiene más tiempo para procesar la información. Así que las señales que recibe son más claras e intensas.
El sexo es una experiencia multisensorial y cuando disminuyes la velocidad puedes saborear más las vistas, los sabores y disfrutar muchísimo del sentido del tacto, ese gran olvidado.
Veamos cómo se practica.
Cómo se practica el slow sex
No se trata tanto de cómo se practica el slow sex sino de los beneficios que puede traer. De hecho, ambas cosas están relacionadas.
1. Contacto ocular.
En estos tiempos superficiales tener contacto ocular sostenido con alguien es un acto revolucionario, especialmente en la cama. Ya sea una mirada suave o más intensa el contacto ocular aumenta las sensaciones debido a las neuronas espejo. Al activarse crean una especie de coordinación límbica con la otra persona.
La leche, oiga.
2. No empotres.
Tu pene no es un taladro neumático -ya te gustaría- ni tu eres un toro de lidia, así que no te dediques a embestir como si fuera el fin del mundo. Al menos, no hasta el final. Una penetración suave y pausada puede sumergirte en un océano de sensaciones.
3. Volver a la casilla de salida.
Ir poco a poco puede llegar a volver loca en la cama a tu pareja, en el buen sentido. Llegará un momento en que suplicará que vayas más rápido. Le puedes hacer caso y justo cuando notes que vais a alcanzar el orgasmo, parad y empezad de nuevo.
Puedes repetir esto unas cuantas veces, sabiendo, eso sí, que el juego es cada vez más corto.
4. Utiliza la imaginación
Hay muchos juegos sexuales a los que puedes jugar para alargar una sesión de sexo. Jugar a rol -me refiero a disfrazarte de policía o ella de enfermera, no al de mesa con dados- o prácticas como la dominación, pueden alargar el acto sexual.
5. Utiliza juguetes y cremas.
No es un requisito indispensable para hacer el amor despacio, pero siempre ralentiza un poco elegir el juguete y hacer masajes. Siempre que no sea un provocador de orgasmos como un succionador de clítoris, las cosas se van a ralentizar, seguro.
Beneficios del slow sex
1. El sexo dura más.
¿Cómo vas de física? ¿Bien? genial, así entenderás fácilmente que si haces las cosas más lentamente, tardarás más tiempo en hacerlas.
Bromas aparte, el sexo se convierte en una aventura, en lugar de una actuación, y crea un espacio para una mayor exploración de los cuerpos, los gustos y las expresiones del otro.
Con demasiada frecuencia, el enfoque del sexo es la penetración. El sexo más lento te permite concentrarte en muchas otras vías de placer para salir de tu cabeza y caer en tu cuerpo.
2. Orgasmos más potentes.
Disminuir la velocidad le da a sus cuerpos la oportunidad de relajarse por completo, lo cual es clave para abrir puntos de placer y aumentar tanto la frecuencia como la intensidad de un orgasmo.
Si, además, has estado a punto de alcanzarlo diez veces y has logrado contenerlo -enhorabuena, eres Dios- imagínate cuando liberes la energía.
Ejem.
3. Ayuda a controlar la eyaculación precoz
El sexo lento puede ser especialmente útil si te preocupa la eyaculación precoz o la disfunción eréctil porque no hay carrera hacia la meta.
Si bien puede parecer contradictorio alargar el proceso sexual, cuando tienes ansiedad ante la idea de tener un orgasmo demasiado pronto o de tener un gatillazo, disminuir la velocidad te da más oportunidades de permanecer presente y consciente de tu propia excitación.
Debido a que el sexo más lento dura más, hay más oportunidades para que el arco de excitación comience y se detenga y más tiempo para tener actividades sexuales sin penetración.
4. Ayuda a conocer tu cuerpo y el de tu pareja.
¿Crees que conoces tu cuerpo a la perfección? Te equivocas. Que lo hayas mirado desde todos los ángulos posibles gracias a un espejo no significa que lo conozcas. En absoluto.
Hay cosas que tu cuerpo sólo puede hacer despacio.
Del mismo modo, ir despacio recorriendo el cuerpo de tu amante puede descubrirte cosas que no conocías. Como las buenas películas, que nunca se terminan de ver.
5. Es la fantasía sexual de muchas personas.
Efectivamente, hay gente que hacerlo despacio entra en sus fantasías sexuales. Velas, caricias, masajes. romanticismo, miradas, besos, ir despacio, serían cosas que excitan a muchos hombres y mujeres a lo largo y ancho del planeta.
Sí, todavía quedan seres humanos románticos.
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